jueves, 13 de agosto de 2015

Tu: Ausente , presente




Siempre quise ser de sentimientos claros, con el alma totalmente llena. Que mi única ausencia fuera la de los malos amores y algunas emociones. Pero no todo es como se quiere, ojalá y lo fuera... Como ser arena en el mar, que cada una de sus huellas se borra con el paso de las olas,  así las heridas no dejen cicatrices. Ser también el que siempre dice y no le duele... y no el que le dicen y le duele. El de las despedidas, que sabe decir "adiós" y no espera a que vuelvas a lle
gar.

 Pasado:
 Me he preguntado más de una vez qué puede haber hecho mal... ¿Por qué siempre me da miedo a que te despidas? Aunque sea cada madrugada, justo antes de dormir. En cada una de tus despedidas queda el eco de la duda, como si nunca fueras a volver. Me enamoré de ti, de la misma manera en la que un barco se hunde: lento, fijo y profundo. De tu libertad también, siento envidia por ella... que nunca se deja atrapar. Envidia de lo intenso, de querer poseer lo inalcanzable: poseerte.

 Tú: Pudiste conmigo.
 Yo: Nunca he podido con tu libertad.

 No me dejes, no te vayas... llévame contigo, a donde siempre lo he soñado.

 Presente:
 Te fuiste, ¿por qué lo hiciste? Ahora el problema no eres tú, ni tu libertad... es el sentimiento, lo que siento por ti. Son los cientos de mensajes que te escribo y no demoro en borrarlos. Por eso siempre quise ser quien se sabe ir... pero te llevaría conmigo, me pregunto ¿cómo se puede llevar a alguien que se ha ido?

 Te llevo en mí... en los recuerdos. Conmigo tu ausencia, donde la luz le da miedo acercarse y el olvido es inminente.
 Tú: ¿Dónde estás?
Yo: Aún te espero.
 Recuerdos, insomnio, sueños efímeros... Así te has convertido.
 Dueles, porque te has ido.
 Te extraño, porque no vas a volver.
Te pienso, porque no estas.
Te busco, porque no te encuentro.

 Renuncio a ti:
 Fui vulnerable a ti, en tu compañía siempre lo fui. A veces eso es lo que extraño, otras no sé si me extraño. Pero me haces falta, aunque ahora seas cartas que nunca se leen, calorías que nunca se queman, canciones que nunca se dedicas, lugares que nunca se olvidan y jamases que nunca se cumplen.

 Adiós:
 Te extraño, aunque no te necesite.

Por Juan Echeverri- Sebastian Feria
 @letrasdeautores

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